Seguro que has oído hablar de los samuráis en algún momento de tu vida. Estamos rodeados por su influencia en la cultura pop y cinematógrafica apareciendo en innumerables películas, series, anime, etc. La figura del samurái y su modo de vida ejerce una atracción sin parangón en todos aquellos que quieren investigar un poco más y acercarse a estudiar esta figura tan legendaria. En este sentido, es de sobra conocida la leyenda de los 47 ronin, obra épica de la literatura japonesa clásica.

 

samurai kanji

Existe, no obstante el riesgo de que nuestra imagen sobre ellos sea un tanto idealizada y/o deformada. No debemos olvidar que el libro de referencia “Bushido. El espíritu de Japón”, realizado por Inazo Nitobe (el cual se toma como punto de partida para la valoración de la figura del samurái) es una compilación de relatos orales realizada en el siglo XIX, por lo que puede contener “maquillaje” histórico hecho a posteriori con el objetivo de ensalzar una figura social en declive en dicho siglo, especialmente tras la Revolución Meiji de 1868 y la posterior y definitiva prohibición y desaparición de la figura del samurái al eliminarse su función guerrera, prohibirles portar ambas espadas (katana y wakizashi) y a la evolución de Japón hacia un Estado moderno industrial. Tal y como expone Marcos Sala Ivars: “El proceso de mitificación literaria de esta figura sociopolítica, puede rastrearse aún hoy en día, cuando la gran mayoría de las publicaciones vinculadas al mundo samurái rezuman una amalgama de principios moralistas decimonónicos y patriotismo imperialista con una base de feudalismo pseudohistórico.

 

Kanabo

Sin embargo, ¿cómo se entrenaban los samuráis? ¿Qué tipo de ejercicios y disciplinas practicaban para lograr ese estado de forma tan óptimo? ¿Cómo entrenaban la mente para rendir al máximo? Vamos a intentar responder a estas preguntas.

Un samurái se solía formar en las escuelas de su han (feudo), tanto en el aspecto cultural como en el marcial. La lista de materias cursadas por los samuráis, según la pedagogía del bushido, consistía principalmente en: esgrima, tiro con arco (YUMI); jiujutsu o yawara; equitación (indispensable para la guerra); uso de la lanza; táctica; caligrafía; etc. No debemos confundir Jiujutsu con la actual disciplina de arte marcial jiu-jitsu. Jiujutsu puede definirse brevemente como una aplicación de los conocimientos de anatomía humana con el objeto de atacar o defenderse. Se diferencia de la lucha en general en que no depende la fuerza muscular. Se distingue de otras formas de combate en que no usa armas. Su mérito consiste en agarrar o golpear partes del cuerpo del enemigo para que se quede paralizada o incapaz de ejercer ninguna resistencia. Su objetivo no es matar, sino incapacitar a otro para actuar durante un tiempo dado. En este sentido, varias disciplinas de artes marciales actuales siguen estos mismos principios, siendo quizás la más conocida el Aikido.
Los aprendices de samuráis practicaban con espadas de madera o “bokken”, para pasar ya más adelante a las auténticas espadas. Recibían la primera wakizashi (espada corta con la que se practicaba en caso de necesidad el seppuku o bokkensuicidio ritual) a los trece años, aunque también les estaba permitido utilizar la katana más larga si bien se mantenía sellada con un cordel para evitar que se desenvainara. Además, seguirían practicando toda su vida el arte de desenvainar la espada.

Los samuráis completaban su entrenamiento marcial mediante un viaje a lo largo de la geografía japonesa para aprender de otras escuelas (dojos) y batiéndose con ellas poniendo a prueba sus aptitudes marciales como la única manera de lograr la maestría y probar la valía de su propia escuela. En este sentido, quizás el samurái más famoso sea Miyamoto Musashi (1584 – 1645) por permanecer imbatido en sus duelos (el número exacto no está claro) y ser autor de un conocido libro que forma parte del imaginario cultural del samurái japonés, “El libro de los cinco anillos”. 

 

Los samuráis no sólo se educaban en las artes marciales, su adiestramiento se componía del llamado bun-bu ryodo (la cultura/estrategia y marcialidad en uno). En este conglomerado de enseñanzas aprendían tácticas militares y filosofía, pero también caligrafía y diferentes artes tales como: adorno floral, artes del incienso o ceremonia del té. La literatura era principalmente un pasatiempo y la filosofía se usaba como ayuda práctica en la formación del carácter, o bien para la exposición de algún tipo de problema militar o político.

 

En algunos casos, la formación iba más allá. Los practicantes del  shugendo se adentraba en el mundo esotérico y místico, con prácticas relacionadas con los elementos de la naturaleza tales como la contemplación y realización de ritos mediante el uso del fuego o la purificación del cuerpo utilizando el agua helada o la nieve. El ejercicio físico extenuante, llevando el cuerpo humano a sus límites, es otra de las características de los practicantes de esta doctrina mística, ascética y eremítica.

 

¿Y en cuánto a las mujeres? Las mujeres samurái, que también las había, aprendían el manejo de armas, aunque su actividad se orientaba hacia la negación total de su persona así como su devoción y entrega al marido, familia y ámbito doméstico.

Las chicas jóvenes eran educadas en la contención de emociones y las pasiones así como para manejar armas, en especial la espada de larga empuñadura llamada nagi-nata, para ser capaces de defenderse frente a situaciones inesperadas. Con su arma protegía su inviolabilidad personal con el mismo celo que su marido protegía la de su señor. La utilidad doméstica de su entrenamiento marcial se dirige a la educación de sus hijos y la protección de la familia y su honor. La esgrima y ejercicios similares, aunque raramente fueran de utilidad también podía hacerse uso de ellos en tiempos de necesidad.

Nihon Hana Zue

 

Como podéis comprobar en esta aproximación, el entrenamiento físico y mental de los samuráis se orienta hacia un alto sentido del deber y el honor. 
En este contexto, el entrenamiento funcional es inútil sin el debido fortalecimiento de la voluntad del guerrero y la encomendación vital de defensa de su daimyo o señor feudal.

 

Os dejamos como extra un WOD digno de un samurai:

"47 Ronin"

4 Rounds for Time

12 Burpees
10 Pull-ups
20 Front Rack Walking Lunges  47Kgs (Barra incluida en peso)
10 kettlebell Snatch each side
47 Double-unders

 

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Bibliografía

- Sala Ivars, Marcos: Musha shugyo: la peregrinación del guerrero. Una aproximación a la formación marcial del guerrero japonés a través de sus viajes. Mirai. Estudios Japoneses. Ediciones Complutense. ISSN-e: 2531-145X 

- Pereda González, Pablo: Revisión libro “Samurái: el código del guerrero”. Revista de Artes Marciales Asiáticas. Volumen 5, nº1. 2010.

- Nitobe, Inazo: Bushido. El espíritu de Japón. Dojo Ediciones. Madrid. 2010.

- López-Vera, Jonathan: Historia de los samuráis. Ed. Satori. 2016. ISBN: 978-84-944685-7-5.  


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